Docencia Virtual de Anatomía Patológica

Principal Siguiente

El proceso de elaboración de un curso en Internet es complejo y laborioso. Con frecuencia el profesorado se inhibe desmoralizado, antes de comenzar, a la vista de la vasta tarea que se le viene encima. La planificación inicial de tareas concretas, estructuradas, a desarrollar a medio plazo, cubriendo objetivos discretos en periodos de tiempo delimitados, es una alternativa que permite sobreponerse a ese desaliento.

El establecimiento de un calendario flexible facilita la estructuración de los contenidos, a la vez que permite ir captando su acogida por parte del alumnado, recoger sus críticas y sugerencias y adaptar el curso a sus necesidades. Aquí se muestra el resultado de ese diseño cronológico aplicado a una materia fundamentalmente morfológica, donde las imágenes juegan un papel fundamental.

Se precisaron tres años y harán falta al menos dos más hasta alcanzar un nivel que podamos considerar “estable”, a partir del cual la aportación de nuevos elementos probablemente no suponga un gran avance, limitando entonces nuestra actuación, probablemente, a tareas de actualización y mantenimiento.

El seguimiento del curso demuestra que el alumno utiliza mucho y bien las actividades que se le proponen.

Por otra parte nos preguntamos: ¿Son las actividades docentes no presenciales útiles para los alumnos? Durante las fases de creación, diseño y desarrollo de un curso que se impartirá en Internet asaltan al profesor que lo realiza muchas dudas; la principal es la ya formulada, especialmente después de una larga temporada de exhaustivos esfuerzos en la consecución del desarrollo del curso en cuestión.

Aunque probablemente hay muchas formas de obtener respuesta a esta pregunta, creímos que lo más directo era preguntárselo a ellos, a los alumnos. Para eso hicimos una encuesta en dos periodos diferentes, el primer y el tercer año, al comienzo de nuestra actividad cibernética y hoy. En ella se quiso saber la disponibilidad de recursos técnicos que el alumno tenía, su opinión sobre las actividades cibernéticas cuya creación dependía del alumno, su opinión sobre las que dependían del profesor, y por último su opinión sobre la utilización de Internet como herramienta docente.

El resultado de este estudio demuestra que, aunque los recursos informáticos son insuficientes, la mayoría de los alumnos los tienen razonablemente cubiertos. Las tareas que realiza el alumno son muy bien consideradas por sus autores o sus compañeros, pero no tanto por las generaciones posteriores. No hay graves críticas con relación a las actividades preparadas por el profesorado. El uso que hacen de la herramienta lo consideran satisfactorio.

 

Principal Siguiente