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BANCOS DE TUMORES y ONCOPATOLOGÍA DEL SIGLO XXIManuel M. Morente, Soledad AlonsoRed de Bancos de Tumores y Programa de Patología Molecular Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas -CNIO- Madrid, España
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ablar de "Bancos de Tumores" a un auditorio de patólogos, bien
sea de una forma presencial como virtual, puede parecer innecesario.
En sentido literal todos los archivos de los departamentos de Patología
lo son, y normalmente de un gran
valor y perfectamente organizados. Estos archivos han sido la base instrumental
de una importante parte del desarrollo biomédico del siglo XX. La novedad
reside en su mayor o menor adecuación a la función que de ellos se espere. Desde esta visión, un Banco de Tumores (BT) no debe ser entendido como un
mero archivo pasivo de bloques y preparaciones sino como un conjunto
de herramientas y como tal tiene su verdadero valor en función del objetivo
para el que se use, tanto en asistencia como en investigación o docencia.
Si, como hemos comentado previamente, la Patología ha marcado en buena medida
la investigación y asistencia oncológicas del siglo pasado, es necesario
admitir que esos mismos avances y el desarrollo del conocimiento en
las bases moleculares del fenómeno Cáncer están dando paso de forma
especialmente rápida a nuevos horizontes en el mundo de la Oncología.
Los Bancos de Tumores deberán ser acordes a este cambio o de lo contrario
perderán su sentido, al conformarse en herramientas del pasado y por
tanto de baja calidad. La existencia de un banco tisular de calidad no garantiza una asistencia
óptima o una investigación de excelencia, sin embargo si podemos afirmar
que, actualmente, su inexistencia está unida a bajos estándares de calidad.
En cualquier rama de la ciencia, las cuestiones metodológicas son en
ocasiones poco valoradas y prácticamente siempre poco brillantes, pero
por el contrario su ausencia o escaso control suelen unirse a fracasos
notorios. En las siguientes páginas desearíamos reflejar algunos aspectos relacionados
con los Bancos de Tumores en sentido amplio y su relevancia en la Oncopatología,
tanto diagnóstica como de investigación, del principio del siglo XXI.
Para ello trataremos tres aspectos complementarios. En primer lugar comentaremos
algunas características de nuestros actuales requerimientos de tejido,
en la segunda parte nos centraremos en las características básicas de
la actual definición de un Banco de Tumores, y por último abordaremos
las ventajas del trabajo cooperativo en redes de Bancos de Tumores,
basado en la experiencia de la Red Nacional de Bancos de Tumores coordinada
y promocionada por el Centro
Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) de España. REQUERIMIENTOS TISULARES EN
LA INVESTIGACIÓN ONCOLÓGICA ACTUAL. El final del siglo XX ha estado científicamente marcado por la secuenciación
del genoma humano, lo cual permite a corto y medio plazo la oportunidad
sin precedentes de desarrollar aproximaciones diagnosticas y terapéuticas
en el nivel molecular, basadas en un conocimiento mucho más profundo
de este complejo fenómeno biológico. La investigación oncológica basada en la genómica pretende vincular genotipo
con fenotipo y clínica, conscientes que estos últimos no son sino la
consecuencia del primero. La enfermedad neoplásica en su conjunto (clínica,
alteraciones histopatológicas, etc.) es la consecuencia de alteraciones
genéticas complejas pero que actualmente, por primera vez en la historia,
pueden ser estudiadas, comprendidas e integradas. Gracias a este desarrollo, la investigación oncológica actual se puede definir
por tres características principales: ·
La capacidad de
desarrollar estudios a gran escala, tanto en genómica como en proteómica,
principalmente mediante el uso de técnicas de análisis masivo mediante
arrays de expresión por estudio de RNA en cDNA-arrays o de expresión
proteica en tejido mediante tissue-arrays. ·
La existencia y
estandarización de herramientas de análisis biológico de una extraordinaria
sensibilidad. ·
La necesidad de una transferencia cada vez más ágil
de conocimientos desde la investigación básica hasta la clínica, la
denominada investigación de transferencia. Es este un punto de especial
transcendencia que muy frecuentemente queda olvidado o relegado a un
segundo plano. Ciertamente el extraordinario desarrollo del conocimiento
ocurrido en las últimas tres o cuatro décadas no ha tenido un adecuado
paralelismo en su repercusión en la manejo de los pacientes. En el momento
actual es inaplazable que este investigación de transferencia sea especialmente
activa, siendo responsabilidad fundamental, si bien no exclusiva, de
cuantos por formación y actividad participamos de la práctica clínica. La Patología posee un papel central en estas tres características de la
era postgenómica, en la cual hemos no solo de continuar con nuestras
actividades cotidianas de diagnóstico histo- y citopatológico, sino
que estamos obligados a incorporar entre nuestros objetivos nuevos aspectos
tales como: ·
Diagnóstico molecular
de neoplasias, incluyendo tanto el diagnostico nosológico, como el terapéutico
y el pronóstico. ·
Identificación
de genes relevantes como posibles agentes terapéuticos. ·
Estudios genéticos
que permitan predecir la respuesta al tratamiento. En el momento actual puede ya considerarse una rutina de nuestros Servicios
de Patología, o al menos debería serlo, una serie de determinaciones
basadas en técnicas de análisis genómico y proteómico definiendo entidades,
variantes, factores pronósticos y condicionando diferente terapias:
c-erb-B2/Herceptin, c-kit/STI571, CD20/Rituxmab, receptores estrogénicos
en neoplasias mamarias, clonalidad en procesos linfoproliferativos,
etc. Pero además los patólogos estamos llamados a jugar un papel clave en la
investigación de transferencia en Oncología. Si la definimos como la
transferencia de conocimientos desde el ámbito de la investigación básica
hasta el mundo clínico, es fácil asumir que precisa de un conocimiento
del mundo clínico, sus objetivos, limitaciones y potencialidades, que
solo puede venir del dialogo y del encuentro operativo entre ambas dimensiones
de la investigación oncológica. Es precisamente en ese dialogo donde
los patólogos podemos jugar, y de hecho estamos jugando, un papel fundamental
debido a nuestra situación de puente entre el laboratorio y la asistencia. Pero además podemos y debemos prestar un apoyo instrumental a la investigación
básica mediante un bien escaso pero irremplazable: muestras tisulares
de alta calidad. ACTUALES REQUERIMIENTOS de TEJIDO
en la INVESTIGACIÓN ONCOLÓGICA A lo largo de la Historia, cualquier avance científico ha abierto nuevas
preguntas y cualquier desarrollo tecnológico ha creado de nuevas necesidades.
Es en este sentido que los avances biotecnológicos anteriormente comentados
han creado nuevas necesidades de tejidos, no solo en cantidad sino,
especialmente, en calidad. Estas necesidades de tejido pueden resumirse
en las siguientes: ·
Las técnicas de
análisis masivo de expresión de genes están llamadas a jugar un papel
central en la investigación oncológica aplicada, pero para ello necesitaremos
de tejido neoplásico y normal, procedente de la práctica clínica y con
mínima degradación de RNA y proteínas, es decir, correctamente congelados
y conservados. ·
Por otro lado,
la alta sensibilidad de las actuales técnicas de estudio molecular precisan
de una extrema optimización de la calidad del tejido para poder minimizar
el impacto de una manipulación inadecuada en los resultados del análisis
tisular. ·
La transferencia
de información desde la investigación básica al ámbito clínico requiere
largas series de pacientes, especialmente mediante estudios cooperativos
y ensayos clínicos. Para este propósito es fundamental disponer de protocolos
de tratamiento tisular homogéneos que minimicen el impacto del origen
heterogéneo de las muestras. ·
La predicción de
la respuesta al tratamiento y la identificación de nuevos factores pronósticos
biológicos deben estar basadas en grandes series de pacientes homogéneamente
tratados y seguidos, especialmente mediante la participación en ensayos
clínicos bien planteados. El momento actual y la inquietud de investigación
de transferencia precisa de una nueva dimensión en los ensayos clínicos
donde la adquisición de muestras clínicas para estudios moleculares
debe ser considerado una dimensión obligada. Por tanto, el tejido procedente
de la práctica clínica esta llamado a ser una pieza fundamental en la
investigación de transferencia, lo cual conlleva no pocos problemas.
Si bien los estudios basados en líneas celulares y modelos animales
suelen desarrollarse según procedimientos bien definidos y estandarizados,
el procesamiento de tejido humano de origen clínico suelen caracterizarse
por una mayor variabilidad de protocolos, especialmente
cuando entran en juego múltiplas centros hospitalarios, especialmente
debido a que esta captación tisular esta sometida a los dictados éticos
de la buena práctica clínica y a su fin primario, el cual no es otro
que el diagnóstico histopatológico. El correcto tratamiento de las muestras clínicas es, por tanto fundamental
para una correcta investigación aplicada e investigación clínica, pero
para ello es necesario desarrollar mecanismos para lograr especímenes
de la mayor calidad posible, lo cual representa cuidar de forma especial
los primeros minutos desde la extirpación y por tanto estos mecanismos
han de desarrollarse como una acción central en los mismos Hospitales. La necesidad de optimizar las características de tejido han de afectar incluso
a los procedimientos más rutinarios en nuestros servicios de Patología.
Cuestiones tan clásicas como una fijación óptima en formol tamponado,
evitando el excesivo tiempo de fijación, y otras acciones u omisiones
que eviten una perfecta fijación rutinaria del tejido, pasan a tener
una renovada importancia toda vez que alteran de manera significativa
los resultados de técnicas de proteómica, como puede ser la inmunohistoquímica.
Parece por tanto fundamental establecer programas que permitan un estricto
control de calidad de nuestras actividades técnicas. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS de los
BANCOS HOSPITALARIOS de TUMORES Para esta captación en
forma optima de muestras tisulares originadas en la práctica clínica,
existe una pieza clave que son los Bancos Hospitalarios de Tumores,
entendidos no tanto como un mero depósito de muestras biológicas, sino
como un conjunto de actividades, protocolos y medios humanos y materiales
orientados a dar respuesta a las necesidades tisulares que posibiliten
una correcta práctica clínica, docente e investigadora en los Centros
Asistenciales. Una correcta política de recursos tisulares, acorde con el potencial tecnológico
de principio del siglo XXI y, especialmente, consecuente con el compromiso
de una asistencia actual y futura de la máxima excelencia, conlleva
el habilitar medios para el desarrollo de astas actividades. En el momento
actual, conocido el valor práctico de las determinaciones moleculares
hoy y en un futuro muy cercano, tenemos que tener la seguridad de que
la captación, congelación y correcto almacenamiento de tejido, tanto
neoplásico como no neoplásico, debe ser considerado una rutina en todos
los departamentos de Patología y Hematología, y debería ser una pieza
clave en los procedimientos de acreditación de dichos departamentos
y sus correspondientes hospitales. El eslogan a transmitir a todos los miembros del Hospital es que toda biopsia
y pieza quirúrgica en las que exista un diagnóstico oncológico (conocido
o posible) debe ser tratado como si fuese subsidiario de un estudio
intraoperatorio. Un Banco de Tumores Hospitalario ha de basar su calidad en un tres tipos
de protocolos: ·
Protocolos de captación
y procesado tisular. ·
Protocolos de almacenamiento
tisular. ·
Protocolos de explotación. Los protocolos de captación y procesado tisular han de desarrollarse en
el ámbito clínico y de forma simultanea a la práctica diagnóstica diaria,
por lo que han de ser al mismo tiempo óptimos, fácilmente practicables
y homogéneos. Es muy importante que los
protocolos sean fácilmente practicables, de forma que en ocasiones es
preferible huir de lo mejor, para optar por lo más práctico, siempre
y cuando se cumplan unos mínimos de calidad suficientemente exigentes
como para permitir dar respuestas idóneas a los problemas planteados.
El personal técnico de los Departamentos de Patología suelen desarrollar
su trabajo con un alto grado de presión asistencial. Si en este contexto
se instauran procedimientos laboriosos o complejos, es comprensible
que su reacción, incluso en los mejores casos, es que se disminuya el
nivel de cumplimiento de dichos protocolos. Los protocolos de almacenamiento
tisular han de dar cumplida respuesta a varios aspectos como son el
de la correcta identificación y la accesibilidad al tejido, pero el
punto fundamental es el de la seguridad. Posiblemente todos los profesionales
implicados directa o indirectamente en estas dinámicas conocemos algún
biodepósito en el que en un fallo de fin de semana en el suministro
eléctrico ha hecho estéril el trabajo de muchos años por parte de un
buen grupo de profesionales, todo ello por ahorrar en el diseño inicial
una pequeña parte del costo total destinado a medidas de seguridad.
Es necesario hacer comprender
a los gestores de recursos de los hospitales que si bien un Banco de
Sangre puede ser repuesto en pocos días, un Banco de Tumores es irremplazable
toda vez que cada tumor es diferente y peculiar. Pocas inversiones son
más rentables que las realizadas en seguridad de los biodepósitos. FUNCIONAMIENTO DE UN BANCO DE TUMORES HOSPITALARIO
1. Traslado
inmediato del tejido desde los quirófanos hasta el Servicio de AP 2. Primer
examen de la biopsia o pieza quirúrgica, y selección/captación de tejido
neoplásico y no neoplásico 3. Fijación
y procesamiento 4. Congelación
según métodos idoneos 5. Identificación de muestras (código de barras) 6. Conservación de tejido fijado 7. Conservación de tejido congelado, con especial atención
a las medidas de seguridad. 8. Métodos
no estándar (material de cultivo, etc) 9. Mantenimiento
de una base de datos con los datos básicos de los casos que componen
el biodepósito. EL VALOR DE TRABAJAR EN REDES
COOPERATIVAS El valor científico de un Banco de Tumores se puede ver notablemente incrementado
al participar de una red de instituciones similares, con estándares
de calidad superponibles y con una explotación coordinada. Para valorar
esta afirmación parece necesario, una vez más, considerar los objetivos
de los Bancos de Tumores como una herramienta, no como un fin en sí
mismo. Sobre esta base, la existencia de redes cooperativas de Bancos de Tumores,
de ámbito nacional y multinacional, permiten asegurar: ·
El acceso a series
suficientemente amplias de casos, tanto comunes como poco frecuentes. ·
El acceso a muestras
incluidas en ensayos clínicos multicéntricos y multinacionales. ·
El acceso a muestras
incluidas en estudios cooperativos multihospitalarios Y todo ello: ·
Minimizando el
efecto dispar del origen multicéntrico de las muestras ·
Favoreciendo la
cooperación entre centros ·
Facilitando la
implicación de las sociedades científicas nacionales e internacionales. El establecimiento de redes cooperativas puede tener una importancia vital
en los países Iberoamericanos, facilitando el establecimiento de estudios
multihospitalarios que permitan profundizar en las características de
sus neoplasias más incidentes o peculiares, y siendo, en general, vehículo
de desarrollo científico en Iberoamérica. LA RED DE BANCOS DE TUMORES
PROMOCIONADA POR EL CNIO Desde su creación en el año 2000, uno de los objetivos prioritarios del
Programa de Patología Molecular del Centro Nacional de Investigaciones
Oncológicas (CNIO) es la promoción de Bancos Hospitalarios de Tumores
de alta calidad y la creación de una red cooperativa que coordine estos
bancos. Esta red, ya en funcionamiento desde principios de 2001, se
basa en un principio cooperativo, con la compartición de protocolos
homogéneos, un programa único de controles de calidad y una coordinación
centralizada. Estos Bancos Hospitalarios de Tumores se instalan en los
Servicios de Anatomía Patológica de los propios Hospitales colaboradores,
estando conectados entre sí a través de una red informática. De este
modo, el tejido de cada Centro queda en el propio Hospital, constituyendo
una pieza clave en el desarrollo de actividades intrahospitalarias de
carácter asistencial, docente e investigador, pero al mismo tiempo supone
una herramienta de promoción de la investigación oncológica multihospitalaria
y de cooperación entre investigadores básicos y clínicos, siendo un
importante punto de encuentro entre distintas disciplinas biomédicas. Los Centros asociados gozan de la máxima prioridad para
la utilización de los servicios de la red, así como para la realización
de dinámicas conjuntas de investigación, acceso a la tecnología propia
del CNIO y a sus actividades científicas y de formación de investigadores,
especialistas en fase de formación y técnicos.
Por tanto, el presente diseño no corresponde a un Banco Central de Tumores,
sino a una Red Cooperativa y Coordinada de Bancos Hospitalarios. Cualquier
hospital español, o grupo de hospitales, está invitado a participar
en la Red, que en el momento actual está compuesta por los siguientes
centros: Comunidad de Madrid: ¨
Hospital La Paz. ¨
Hospital Puerta
de Hierro. ¨
Hospital Clínico
de San Carlos. ¨
Hospital Gregorio
Marañón. ¨
Hospital 12 de Octubre.
¨
Hospital Ramón y
Cajal. ¨
Fundación Hospital
de Alcorcón ¨
Hospital de Móstoles
Comunidad de Castilla - La Mancha: ¨
Hospital Virgen
de la Salud (Toledo). Comunidad de Galicia: ¨
Hospital Xeral-Cies
(Vigo). País Vasco: ¨
Instituto Oncológico
(San Sebastian). Asturias: ¨
Hospital Central
de Asturias / Instituto Universitario de Oncología del Principado de
Asturias (Oviedo). Canarias: ¨
Hospital de Gran
Canaria Dr. Negrín (Las Palmas de Gran Canaria). Al mismo tiempo, existe un acuerdo
de cooperación con los Bancos de Tumores del Centro de Investigación
del Cáncer de la Universidad de Salamanca (Castilla y León), del Hospital
Clínico de Barcelona (Cataluña) y de la Clínica Universitaria de Navarra. La página web del Centro Nacional de
Investigaciones Oncológicas incluye amplia información sobre la red
y sus protocolos de trabajo (www.cnio.es). CONCLUSIONES Los avances en el conocimiento del genoma humano y el desarrollo biotecnológico
están haciendo posible el advenimiento de una nueva era de la Patología,
y muy especialmente de la Patología Oncológica. Una pieza clave en esta nueva Patología es la disponibilidad de protocolos
idóneos de captación, procesamiento y conservación de tejidos para poder
desarrollar estudios moleculares de genómica y proteómica con la debida
calidad. Únicamente desde el trabajo cooperativo es posible desarrollar proyectos
de investigación de excelencia y hacer llegar los resultados de la investigación
básica hasta la práctica clínica cotidiana y al que en último termino
ha de ser nuestro principal referente, el enfermo oncológico. Septiembre, 2002 |
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