El Fibroadenoma Juvenil o Gigante (FAJ), difiere del resto de los FA en su presentación clínica y aspecto histológico. Estas lesiones constituyen alrededor del 2 % de todos los FA (
9) y el 7 % de todas las lesiones mamarias en menores de 20 años (
10). Los FAJ aparecen en la adolescencia, poco tiempo antes o después de la menarquia aunque pueden aparecer en otras edades (
9,
10,
12). Se presentan como una masa mamaria no dolorosa de crecimiento rápido, bien circunscrito que pueden alcanzar hasta 20 cm ó más, raramente se adhieren a la piel la cual puede estar muy distendida en los casos muy voluminosos y presentar venas gruesas.
El diagnóstico diferencial debe establecerse con el Fibroadenoma Adulto (FA), la Hipertrofia Juvenil (HJ) Virginal o de la Adolescente, los Tumores phillodes (TPh) benignos y malignos.
En cuanto a la diferencia con el FA común, vemos que este presenta un cuadro histológico igual al usual en pacientes de mayor edad, en tanto el FAJ tiene tendencia a aparecer alrededor de la menarquia y presenta un patrón de hiperplasia epitelial ductal e hipercelularidad estromal (
12).
En relación con la HJ, esta es generalmente bilateral, se desarrolla en la pubertad y no cesa de crecer en la adultez, se acompaña de mastodinia, pero en casos de presentación unilateral puede ser necesario el estudio histológico para diferenciarla del FAJ; paradójicamente la bilateralidad poco frecuente en el FAJ, en nuestro caso fue motivo para acrecentar nuestro interés en realizar BAAF y estudio histológico.
El incremento de la celularidad tanto epitelial como estromal que presentan los FAJ, impone realizar el diagnóstico diferencial con los TPh y con el posible desarrollo de un Carcinoma, en todo caso lobular in situ, el que puede ser diagnosticado por la disposición como en bandas de proliferación epitelial dentro de plegamientos tisulares (
13), mas no se debe confundir un patrón de hiperplasia epitelial atípica con Ca in situ, además la edad promedio en la serie de Mies y Rosen fue 26 años (
14). La proliferación epitelial que encontramos en algunas áreas en nuestro caso nos llevó a revisar este aspecto a pesar de la baja frecuencia con que se ha reportado y de la juventud de la paciente.
En cuanto a la diferenciación con los TPh benignos y malignos, es fundamental tomar en consideración la celularidad, disposición y características del estroma, el número de mitosis por campo de gran aumento que en el FA, para algunos autores no debe pasar de tres y en ese caso ser denominados FA celulares y que la separación entre FA y TPh debía ser más precisa, sin embargo la posibilidad de que un FAJ pueda evolucionar hacia TPh existe aunque no esté bien documentada. No hay un método confiable para diferenciar macroscópicamente a un FAJ o Gigante de un TPh y el aspecto histológico entre ambos puede ser casi idénticos (
15), así que centramos nuestro interés en la celularidad del estroma y su relación con las glándulas, en el número de mitosis por campo de gran aumento, en la presencia o no de focos infiltrativos en los bordes y en la morfología de los fibroblastos estromales.
Tras revisar la literatura de nuestro país, nos llama la atención que no existe muchos reportes acerca de este tipo de patología mamaria y con las dimensiones que alcanzaron los tumores en esta adolescente, solo encontramos el caso de una mujer de 26 años, blanca con tumor en mama izquierda, operada en 1947 por Bolivar (
16) publicado en 1950 en el que la estructura histológica descrita es idéntica a la observada en el nuestro.