IV CONGRESO VIRTUAL HISPANO AMERICANO DE ANATOMÍA PATOLÓGICA IV-CVHAP

CONTENIDO

 

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MIOFIBROMATOSIS INFANTIL. DESCRIPCIÓN DE UN CASO.

F. Pinedo, J. G. Álvarez Fernández, P. Dhimes, M. Argüelles, M. P. Domínguez, M. Nevado.

Unidad de Anatomía Patológica. Unidad de Dermatología. Fundación Hospital Alcorcón. Madrid, España. 

IV-CVHAP 2001 PÓSTER-E - 109

Fecha recepción: 15/02/2001
Fecha publicación: 16/04/2001
 Evaluación: Ver "Taller de Dermatopatología" y "Taller Partes Blandas"

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RESUMEN
 
   INTRODUCCIÓN: La miofibromatosis infantil forma parte de un grupo heterogéneo de fibromatosis de la infancia caracterizadas por la proliferación de miofibroblastos, siendo de presentación clínica escasamente expresiva para el diagnóstico y apariencia histológica que, en ocasiones, puede simular un sarcoma. 

   MATERIAL Y MÉTODOS: Niña de 9 meses de edad que consulta por presentar, desde 5 meses antes, una lesión nodular violácea, dura e infiltrada, pero desplazable y no adherida a planos profundos, situada en cara posterior de hombro izquierdo, que ha aumentado progresivamente de tamaño hasta 2 meses antes, en que se ha estabilizado. Se realiza exéresis de la misma, siendo remitida con el diagnóstico clínico de dermatofibroma versus pilomatrixoma. 

   RESULTADOS: En la pieza remitida se aprecia una lesión nodular en dermis e hipodermis de 1 cm. de diámetro. Tras estudio histopatológico se informa de miofibromatosis infantil. 

   DISCUSIÓN: La miofibromatosis infantil, previamente descrita como “fibromatosis generalizada congénita” es una rara condición consistente en una proliferación benigna de miofibroblastos, de probable carácter hamartomatoso, presente en el nacimiento o dentro de los dos primeros años de vida. La lesión generalmente es solitaria y tiende a localizarse en cara y cuello. La mayoría son dérmicas o subcutáneas, aunque algunas son intramusculares o intraóseas. En un pequeño porcentaje de casos son múltiples o generalizadas, con posibilidad de afectación visceral (pulmón, miocardio y tracto gastrointestinal). El estudio histológico suele revelar una arquitectura zonal, con células fusiformes en la periferia, una zona intermedia de patrón “hemangiopericitoide” y una zona central con hialinización. El diagnóstico diferencial se establece, entre otros, con el dermatofibroma, el leiomioma, el hemangiopericitoma y el fibrosarcoma. Estas lesiones pueden recurrir tras excisión, habiéndose descrito regresión espontánea por necrosis masiva.

Palabras clave: miofibromatosis | fibromatosis | infancia | partes blandas | piel | hemangiopericitoma | fibrosarcoma | dermatofibroma |  leiomioma
   

IMÁGENES
 

 

Figura 1.-

Fig. 1.  
Figura 2.-
Fig. 2.  
Figura 3.-
Fig. 3.  
Figura 10.-
Fig. 10.  


Figura 4

Figura 4

Figura 5

Figura 5

Figura 6

Figura 6

Figura 7

Figura 7

Figura 8

Figura 8

Figura 9

Figura 9



   

INTRODUCCIÓN
 
   Las fibromatosis representan un grupo de lesiones proliferativas no neoplásicas que comprende un 12% de los tumores de partes blandas identificados en la población pediátrica (1). El término fibromatosis generalizada congénita fue introducido por Stout en 1954 (2). En 1981 Chung y Enzinger (3) emplearon por vez primera la denominación miofibromatosis infantil, describiendo las características clínico patológicas del cuadro. La revisión más amplia de casos publicados corresponde a Wiswell (170) (4).
   

MATERIAL Y MÉTODOS
 
   Niña de 9 meses de edad que consulta por presentar, desde 5 meses antes, una lesión nodular violácea, dura e infiltrada, pero desplazable y no adherida a planos profundos, situada en cara posterior de hombro izquierdo (Figura 1), que ha aumentado progresivamente de tamaño hasta dos meses antes, en que se ha estabilizado. Se realiza exéresis de la misma, siendo remitida con el diagnóstico clínico de dermatofibroma versus pilomatrixoma.

   La pieza remitida correspondía a una elipse de piel de 1.3x1x1 cm., sin lesiones relevantes en la superficie epidémica. Al corte se observa una lesión nodular que ocupa dermis e hipodermis, de coloración blanquecina y consistencia firme, de 1 cm. de diámetro máximo. La tumoración alcanza el margen profundo de resección.

   El estudio histopatológico mostró, a nivel de dermis y tejido celular subcutáneo, una lesión tumoral relativamente circunscrita, aunque de límites imprecisos, en la que se aprecia una arquitectura “zonal “ (Figura 2). En la periferia es posible observar una proliferación de células fusiformes, dispuestas en fascículos entrelazados o arremolinados, de patrón “leiomiomatoso” (Figura 3); en la zona intermedia se aprecian células de pequeño tamaño, separadas por espacios vasculares irregulares, de patrón “hemangiopericitoide” (Figura 4); finalmente, existe una zona central de hialinización (Figura 5). No existía atipia celular, siendo infrecuentes las mitosis. En la periferia, la tumoración muestra tendencia a infiltrar el tejido adiposo (Figura 6) y los fascículos musculares presentes en el borde profundo (Figura 7), que se encuentra afecto. Asimismo, se aprecian imágenes de crecimiento intravascular (Figura 8).

   Se realizaron técnicas de inmnohistoquímica , apreciándose expresión en las células proliferantes de Vimentina, Actína, (Figura 9), muy escasa de p53, reactividad únicamente en los vasos para CD34 (Figura 10) y negatividad para citoqueratinas (AE1/AE3), desmina y S-100.
   

RESULTADOS


   El diagnóstico anatomopatológico fue de miofibromatosis infantil. Aunque la presentación parecía corresponder a una forma solitaria, se decidió llevar a cabo estudio de extensión para descartar afectación visceral, realizándose examen físico completo, ECOcardio, ecografía abdominopélvica, radiografía de tórax y serie ósea, no apreciándose imágenes patológicas por lo que el juicio clínico fue de miofibromatosis infantil solitaria.
   

DISCUSIÓN
 
   La fibromatosis infantil, descrita por vez primera por Stout en 1954 (2), y caracterizada por Chung y Enzinger (1981) (3) y Fletcher (1987) (5) y ampliamente revisada por Wiswell (1988) (4) es una proliferación benigna, probablemente hamartomatosa (6) de miofibroblastos, células que muestran miofilamentos intracitoplasmáticos en el estudio ultraestructural (3, 4). Fletcher sugirió que la histogenesis de la lesión correspondía al tejido muscular liso y propuso el término de leiomioblastoma (5).

   A pesar de que es más común entre el nacimiento y los dos años de edad, constituyendo el tumor fibroso más frecuente en la infancia (4), puede aparecer en la edad prepuberal (7) e incluso existen casos descritos en adultos (8, 9, 10, 11). Se han descrito casos familiares, generalmente con herencia autosómica dominante (12).

   La formas solitarias aparecen con mayor frecuencia en niñas, mientras que la formas múltiples suelen mostrar preferencia por el sexo masculino (3).

   Las localizaciones más frecuentes se sitúan en cabeza y cuello, y la afectación dérmica o subcutánea es la más común (13). Pueden aparecer también en situación intramuscular o intraósea (18), e incluso visceral (14).

   Suele tratarse de lesiones nodulares únicas, pese a que en las primeras descripciones se destacó más la afectación múltiple (15), y en este último caso frecuentemente están limitadas a tejidos blandos y huesos (16). A nivel visceral los órganos más comúnmente afectos corresponden al corazón, pulmones y sistema gastrointestinal (1, 4).

   El tamaño varía entre 0,5 y 10 cm. (15, 16), y pueden recordar a hemangiomas, cuando son superficiales, por su abundante vascularización (16). El cuadro histológico se caracteriza por un patrón bifásico, constatándose áreas fusocelulares periféricas y zonas internas con patrón hemangiopericitoide, que pueden estar centradas por áreas de hialinización. No son infrecuentes tampoco los focos de necrosis, calcificación e incluso, osificación (4). El tejido celular subcutáneo y el músculo esquelético pueden estar infiltrados por la proliferación celular (16).

   Los elementos que proliferan expresan vimentina, actina y proteína S-100, en tanto que son negativos para desmina (15, 17).

   Esta entidad se hace subsidiaria de diagnóstico diferencial con dermatofibromas, leiomiomas y hemangiopericitomas (17). Es también preciso establecer delimitación diagnóstica con procesos más infrecuentes como el sarcoma miofibroblástico, descrito recientemente (19). Éste último tiene un curso agresivo, en contraste con el comportamiento de la miofibromatosis, que, si no existe afectación visceral, es benigno y autolimitado, pudiendo incluso regresar espontáneamente (16).
   

 

NOTAS AL PIE DE PÁGINA:
 
  
Correspondencia: Dr. F Pinedo. Unidad de Anatomía Patológica. Fundación Hospital Alcorcón. C/ Budapest, 1. 28922 Alcorcón, Madrid, España. mailto:pinedo@fhalcorcon.es.  
   

REFERENCIAS
 
1. Coffin CM, Dehner LP. Fibroblastic-myofibroblastic tumors in children and adolescents: A clinicopathologic study of 108 examples in 103 patients. Pediatric Pathol 1991; 11: 569-588.

2. Stout AP. Juvenile fibromatosis. Cancer 1954; 7:953-978.

3. Chung EB, Enzinger FM. Infantile myofibromatosis. Cancer 1981; 48: 1807-1818.

4. Wiswell TE, Davis J, Cunningham BE, Solenberger R, Thomas PJ. Infantile myofibromatosis: The most common fibrous tumor of infancy. J Pediatric Surg 1988; 23: 315-318.

5. Fletcher CDM, Achu P, van Noorden S, et al. Infantile myofibromatosis: a light microscopic, histochemical and immunohistochemical study suggesting truesmooth muscle differentiation. Histopathol 1987; 11: 245-258.

6. Morettin LB, Mueller E, Schreiber M. Generalized hamartomatosis (congenital generalized fibromatosis). Am J Roentgenol Radium Ther Nucl Med 1972; 114: 722.

7. Beck JC, Devaney KO, Weatherly RA, Koopmann CF Jr, Lesperance MM. Pediatric myofibromatosis of the head and neck. Arch Otolaryngol Head Neck Surg 199; 125: 39-44.

8. Daimaru Y, Hashimoto H, Enjoji M. Myofibromatosis in adults (Adult counterpart of infantile myofibromatosis). Am J Surg Pathol 1989; 13: 859-865.

9. Smith KJ, Sketton HG, Barrett TL, Lupton GP, Graham JH. Cutaneous myofibroma. Modern Pathol 1989; 2: 603-609.

10. Wolfe JT III, Cooper PH. Solitary cutaneous "infantile" myofibroma in a 49-year-old woman. Hum Pathol 1990; 21: 562-564.

11. Fernández Aceñero MJ, Ruiz Fernández P, Requena Caballero L, Sánchez Yus E. Miofibroma solitario adquirido del adulto: descripción de dos casos y revisión de la literatura. Actas Dermo-sifiliogr 1996; 87: 571-574.

12. Jennings TA , Duray PH, Collins FS, et al. Infantile myofibromatosis. Evidence for an autosomal-dominant disorder. Am J Surg Pathol 1984; 8: 529-538.

13. Stanford D, Rogers M. Dermatologic presentations of infantile myofibromatosis: a review of 27 cases. Australas J Dermatol 2000; 41: 156-161.

14. Stenzel P, Fitterer S. Gastroinetestinal multicentric infantile myofibromatosis: characteristic histology on rectal biopsy. Am J Gastroenterol 1989; 84: 1115-1119.

15. Enzinger FM, Weiss SW. Fibrous tumors of infancy and childhood. In: Soft tissue tumors. Enzinger FM, Weiss SW eds. Mosby. Pp. 231-268; 1994.

16. Gallego Valdés MA, Aguilar Martín A, González E, Burgos Lázaro F. Miofibromatosis infantil. Actas Dermo-Sifiliogr 1994; 85: 79-83.

17. Mentzel T, Katenkamp D. Myofibroblastic tumors. Brief review of clinical aspects, diagnosis and differential diagnosis. Pathologe 1998; 19: 176-186.

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19. Mentzel T, Dry S, Katenkamp D, Fletcher CD: Low-grade myofibroblastic sarcoma: analysis of 18 cases in the spectrum of myofibroblastic tumors. Am J Surg Pathol 1998; 22: 1228-1238.