IV CONGRESO VIRTUAL HISPANO AMERICANO DE ANATOMÍA PATOLÓGICA IV-CVHAP

CONTENIDO

 

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ESTRUCTURA E INMUNOLOGÍA DE LA SINOVIAL HUMANA NORMAL.

Revelles, F. J.; Zabala, M.; O'Valle, F.; Cañizares, F. J.; Fernandez-Segura, E.; Cubero, M. A.; Revelles-Marín, F.

Departamento de Biología Celular, Facultad de Medicina. Granada, España. Traumatología, Servicio Andaluz de Salud, Granada, España. Departamento de Anatomía Patológica, Facultad de Medicina. Granada, España. 

IV-CVHAP 2001 PÓSTER-E - 093

Fecha recepción: 15/02/2001
Fecha publicación: 04/04/2001
 Evaluación: Ver "Taller de Histología ..."

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RESUMEN
 
   OBJETIVOS: Hacemos una descripción microscópica, ultramicroscópica e inmunohistoquímica de la membrana sinovial sana, al objeto de disponer de un control a partir del cual poder establecer cualquier posible alteración patológica. 

   MATERIAL Y MÉTODOS: Utilizamos sinovial humana obtenida por artroscopia, en pacientes con traumatismos agudos, sin patología previa que pueda alterar la estructura de su sinovial, y hemos hecho estudios de las biopsias con microscopía óptica, electrónica e inmunohistoquimia. 

   RESULTADOS: En la sinovial sana hemos encontrado dos tipos de células, unas, según sus organelas, son secretoras de glicoproteínas, y otras son indiferenciadas. La matriz extracelular presenta muchos cambios tanto en su composición, como en densidad. Los capilares poseen una estructura típica a su alrededor. 

   CONCLUSIONES: Creemos que en la sinovial sana no existen células macrofágicas, sino que esta actividad la tienen potencialmente alguna de sus células y se desarrolla en el momento que aparece alguna patología. La estructura que rodea a los capilares tiene para nosotros una gran importancia funcional y la hemos dado en llamar Barrera Hemato-Sinovial

Palabras clave: sinovial | estructura microscópica | barrera hemato-sinovial
   

 

IMÁGENES
 

Figura 1.-

Fig. 1.  
Figura 2.-
Fig. 2.  
Figura 3.-
Fig. 3.  
Figura 4.-
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Figura 5.-
Fig. 5.  
Figura 6.-
Fig. 6.  
Figura 7.-
Fig. 7.  
Figura 8.-
Fig. 8.  
Figura 9.-
Fig. 9.  
Figura 10.-
Fig. 10.  

Figura 11

Figura 11

Figura 12

Figura 12

Figura 13

Figura 13

Figura 14

Figura 14

Figura 15

Figura 15

Figura 16

Figura 16

Figura 17

Figura 17

Figura 18

Figura 18

Figura 19

Figura 19

Figura 20

Figura 20

Figura 21

Figura 21

Figura 22

Figura 22



   

 

INTRODUCCIÓN
 
   Las diartrosis se encuentran rodeadas por un manguito fibroso que se extiende entre los elementos óseos –la cápsula articular-, y se continúa con el periostio de dichos elementos. El punto donde la cápsula se confunde con la porción fibrosa del periostio, se denomina punto de inserción.

   La estructura de la cápsula es rica en fibras colágenas, mientras que es relativamente pobre en células, fibroblastos, que se disponen entre dichas fibras. En ocasiones se observa que las fibras colágenas más superficiales se disponen longitudinalmente, mientras que las más profundas discurren en direcciones oblicuas. Estas orientaciones responden a la dirección de las fuerzas que actúan sobre la cápsula articular, y son estas mismas fuerzas las que inducen el desarrollo de engrosamientos capsulares localizados en aquellas zonas sometidas a un mayor esfuerzo. Estos engrosamientos son visibles en la cara externa de la cápsula y se denominan ligamentos intrínsecos o fascículos capsulares de refuerzo. Los ligamentos intrínsecos, al igual que el resto de la cápsula articular, poseen una rica inervación sensitiva propioceptiva que permite regular la postura y actitud articulares.

   El interior de la cápsula y el hueso intracapsular no recubierto de cartílago, están tapizados por una fina membrana denominada membrana sinovial (1, 2), formada por una tejido característico derivado, como el resto de la articulación, del mesénquima embrionario (3).

   En las articulaciones la membrana sinovial, denominada simplemente “sinovial”, tapiza la cápsula fibrosa y reviste cualquier superficie ósea, ligamentosa o tendinosa, cuya situación sea intracapsular, de tal forma que recubre todas las estructuras intrarticulares excepto el cartílago articular y los meniscos fibrocartilaginosos (2). El comportamiento de la sinovial es muy particular en aquellas diartrosis que, como la rodilla, poseen ligamentos interóseos y meniscos. En el primer caso la sinovial recubre los ligamentos interóseos de manera que éstos quedan excluidos de la cavidad articular. Con respecto a los meniscos, la sinovial se detiene en los márgenes de los bordes periféricos de éstos (4, 5), donde toma inserción la cápsula. Así pues, la cavidad articular (virtual) queda limitada entre la sinovial , el cartílago articular y la zona cartilaginosa de los meniscos, excluyendo la porción periférica de estos últimos, compuesta de un tejido fibroso vascularizado que se encuentra revestida también por membrana sinovial y por tanto fuera también de la cavidad articular.

   Los objetivos de este trabajo son realizar un estudio preliminar sobre la estructura, la ultraestructura y las características inmunológicas de la membrana sinovial normal. Para lograrlo, queremos sistematizar la serie de células; capas celulares o regiones donde esas células se manifiestan; tipos de sustancia extracelular; y vascularización. Todo ello será estudiado fundamentalmente en la membrana sinovial sana al objeto de establecer un parámetro de normalidad o control que nos permita, en la medida que se aparte de él, establecer los parámetros de enfermedad.
   

 

MATERIAL Y MÉTODOS
 
   Hemos realizado este estudio sobre rodillas de 28 pacientes (varones y hembras), en los que ha sido necesario hacerles una artroscopia exploratoria como consecuencia de algún traumatismo agudo, en el que presumiblemente no ha estado afectada la membrana sinovial, sino otras estructuras intraarticulares, fundamentalmente meniscos, cartílago articular, o ligamentos.

   Los pacientes han sido jóvenes (entre 18 y 25 años de edad), que clínicamente no arrastrasen ninguna enfermedad crónica general, ni por supuesto articular y también hemos tenido en cuenta que no practicasen deportes de forma profesional, ni con demasiada asiduidad.

   Las muestras extraídas han sido consecuencia de la limpieza que ha sido necesaria realizar en el campo operatorio, sujeto de la intervención, por lo que no han supuesto en ningún caso mutilación, ni deterioro de la zona afectada, con el solo afán investigador. Debido a lo anterior, las muestras conseguidas nunca han sobrepasado el tamaño de 5 mm. puesto que nunca se han realizado biopsias; aún así siempre se ha contado con la autorización expresa de los pacientes para la obtención de dichas muestras.

   Una vez obtenidas las muestras se ha procedido a su fijación en formol tamponado al 10%, para aquellas muestras destinadas a su estudio inmunohistológico; otras muestras se han congelado en nitrógeno liquido para realizar otros estudios inmunohistoquímicos; y, finalmente, se han fijado en glutaraldehido al 2.5% aquellas muestras destinadas a su estudio con microscopía electrónica, tanto de transmisión como de barrido.

   Los estudios inmunohistoquímicos los hemos realizado con los siguientes anticuerpos: 
  • Actina (clon 1A4) 
  • Colágeno IV (clon Col94) 
  • CD 68 (clon KP1)

   El estudio de los cortes semifinos, los de H-E y los tratados con anticuerpos, los hemos realizado con un microscopio LEITZ laborlux 12, al que se le ha acoplado una cámara LEICA DC 100.

   El estudio ultraestructural de transmisión lo hemos realizado con un microscopio JEOL 100K.
   

RESULTADOS


   Aspecto general de las evaginaciones en la membrana sinovial:

   En cuanto a su aspecto macroscópico.- Hemos encontrado fundamentalmente dos tipos de formaciones, los pliegues y las prolongaciones digitiformes; tanto unas como otras pueden ser o extremadamente delgadas, con aspecto filiforme, o mucho mas gruesas, pasando por una serie de estadios intermedios. Lo mismo ocurre en cuanto a su longitud, ya que hemos encontrado desde estructuras bastante elongadas, a otras sumamente cortas que le dan un aspecto aterciopelado a la membrana sinovial.

   En cuanto al aspecto microscópico.- En nuestro trabajo es el que mas nos interesa y al que hemos puesto especial énfasis, por consiguiente éste será tratado con mas amplitud.

   Cada evaginación, como el resto de la membrana sinovial, posee dos capas, no muy bien delimitadas, una, mas interna, que contacta con el espacio articular y que se denomina revestimiento sinovial, intima sinovial o membrana sinovial propiamente dicha; otra, mas externa, que sirve de soporte a la anterior, a la que normalmente conocemos como capa o tejido subsinovial y que se une externamente, en el caso de las zonas lisas de la membrana, con la cápsula fibrosa de la articulación; pero en el caso de las evaginaciones, este tejido subsinovial, formaría una especie de núcleo o eje de dicha evaginación (Figura 1, Figura 2, Figura 3, Figura 4 y Figura 6).

   La intima sinovial se halla constituida fundamentalmente por un revestimiento celular, que se encuentra inmerso en una sustancia extracelular generalmente escasa; mientras que el tejido subsinovial, o eje de la evaginación, puede estar formado unas veces por tejido adiposo, o bien a veces, por tejido fibroso (Figura 2, Figura 4, Figura 6 y Figura 11).

   Hablamos de un revestimiento celular, pero no de un epitelio ya que, aunque en ocasiones las células estén bastante próximas entre si, nunca llegan a formar un epitelio (Figura 3, Figura 4, Figura 15 y Figura 16), ni muestran complejos de unión entre ellas; ademas, la íntima es una zona bastante bien vascularizada, evidenciando abundantes capilares sanguíneos.

   En cuanto al eje de la evaginación, o capa subsinovial, suele presentar bastantes variaciones en su composición según los individuos y mostrar, como hemos dicho anteriormente, un abundante tejido adiposo, vasos algo mayores que los observados en la íntima, una sustancia extracelular escasa, que se basa en tejido reticular fundamentalmente; mientras que otras veces, la capa subsinovial, nos muestra un tejido fibroso, muy pocos o ausencia total de adipocitos, muy escasa vascularización y con pocas células que en su mayoría son de naturaleza fibroblástica (Figura 2, Figura 3, Figura 4).

   Entre estos dos tipos de estructuras microscópicas, que podríamos llamar adiposa y fibrosa, hallamos también una serie de pasos intermedios, en los que el tejido adiposo se mezcla con tejido fibroso, en mayor o menor cantidad.

   Celularidad de las evaginaciones sinoviales:

   En cuanto a la celularidad, en la intima sinovial sana hemos encontrado células de tipo fibroblástico, ya que tanto su núcleo, con cromatina laxa y evidenciando uno o mas nucleolos; como su citoplasmas, con abundante R.E.R y aparato de Golgi discreto, nos sugiere una célula con una función de síntesis y de secreción proteica y glicoproteica bastante desarrollada (Figura 5, Figura 6, Figura 15 y Figura 16). Otro tipo celular, es aquel en el que no se manifiesta ninguna organela de forma llamativa, de forma que posee todas las indicadas anteriormente, pero de forma discreta.

   Con inmunohistoquimia no hemos podido observar la presencia de macrófagos en la íntima sinovial sana, dado que nos da negativo cuando usamos el CD 68 (Figura 7 y Figura 8).

   Subyacente a la íntima, en la capa subsinovial, podemos encontrar, como hemos indicado antes, abundantes adipocitos, fibroblastos y fibrocitos típicos, así como mastocitos (Figura 5, Figura 9 y Figura 10). Estos últimos siempre los hemos encontrado en las proximidades a la zona que separa la íntima, de la subsinovial, por tanto en las cercanias del borde libre, y se caracterizan por encontrarse asociados o muy próximos a los adipocitos y a lo vasos.

   Sustancia extracelular de la membrana sinovial:

   En nuestro trabajo hemos encontrado que la sustancia extracelular no forma una estructura uniforme, sino que, por el contrario, presenta cambios sustanciales tanto en la composición, como en la densidad.

   Las evaginaciones muestran fibras de colágeno con estriación periódica en la capa subsinovial y también alrededor de los capilares, en la íntima, pero estas fibras nunca las hemos evidenciado en el borde libre. También hemos encontrado fibras sin la típica estriación tanto en la subsinovial, como en la íntima y, si bien se acercan mas que las estriadas al borde libre, sin embargo tampoco suelen llegar a él (Figura 11).

   La matriz amorfa, si bien se puede evidenciar en la subsinovial, es mas abundante en la íntima donde incluso llega, mezclada con células, al borde libre, evidenciándose a veces como ambas (células y matriz amorfa) se desprenden de dicho borde, descamándose hacia el líquido sinovial, en la cavidad articular (Figura 12).

   Vascularización de la membrana sinovial:

   Los vasos en la capa subsinovial suelen ser de mayor tamaño que los que existen en la íntima, pero en ésta suelen aparecer mucha mayor cantidad de capilares y éstos suelen ser de menor calibre que los que evidencia la subsinovial (Figura 2, Figura 3 y Figura 13).

   El endotelio de los vasos suele ser de tipo continuo, salvo en la íntima sinovial, en la que los capilares muestran un endotelio fenestrado. En la íntima sana no hemos evidenciado ningún capilar discontinuo o sinusoide (Figura 14, Figura 16, Figura 17 y Figura 18).

   Alrededor del endotelio de los capilares sanos, aparece un manguito de sustancia fundamental amorfa, sin fibras, con aspecto gelatinoso, que nos recuerda a una lámina basal bastante engrosada; por fuera de ésta, una o varias capas de pericitos, rodean a esa estructura pericapilar (Figura 14, Figura 15 y Figura 16).

   El endotelio capilar junto con el manguito gelatinoso y la envoltura pericitaria, forman lo que nosotros hemos venido en llamar la “Barrera hemato-sinovial”, la cual, a nuestro entender, tiene una importancia fundamental en el ultrafiltrado plasmático y posterior formación del líquido sinovial (Figura 1, Figura 2, Figura 13, Figura 14, Figura 15, Figura 16, Figura 17 y Figura 18).

   A medida que los vasos aumentan de diámetro, la barrera hemato-sinovial se hace menos evidente, razón por la cual esta barrera es mas manifiesta a nivel de la íntima, donde los vasos son menores, e incluso en la zona de intersección de la íntima con la subsinovial, mientras que en ésta última, donde los vasos son de mayor tamaño, la barrera hemato-sinovial está totalmente ausente.

   Esto lo hemos podido comprobar utilizando un marcaje contra la actina, con el que vemos como la barrera hemato-sinovial no se marca cuando ésta existe (Figura 20), dado que su componente no es muscular; mientras que en los vasos de mayor tamaño, o sea, con un componente muscular mayor (Figura 19), toda la pared vascular está marcada, dado que en ese tipo de vasos, no se evidencia dicha barrera.

   Por el contrario, al utilizar un marcador contra el colágeno IV, aquellos vasos que presentan una barrera hemato-sinovial bien desarrollada, están fuertemente marcados (Figura 21 y Figura 22).
   

DISCUSIÓN
 
   La estructura y características de la membrana sinovial no ha sido objeto de un estudio serio hasta fechas relativamente recientes, y la inmensa mayoría de esos estudios se han centrado fundamentalmente en las diversas patologías que dicha membrana podría sufrir, pero no en caracterizar la membrana sinovial sana, sistematizando adecuadamente su estructura en condiciones de normalidad, para poder establecer, con los cambios que aparezcan, el grado y el tipo de enfermedad que en su momento pueda sufrir.

   Asimismo, muchos de los trabajos que han aparecido, lejos de aclarar algunos conceptos, inducen al error o manifiestan los conceptos insuficientemente claros, de forma que es difícil entender de manera adecuada la morfología y, en base a ésta, la función de la membrana sinovial.

   La subdivisión de ésta membrana en dos capas (íntima y subsinovial), es para algunos autores una observación microscópica, que puede presentarse a veces, pero no siempre (6) mientras que para nosotros es un hecho constante, en el que solo puede variar, el grosor de una u otra, los tipos celulares, la densidad celular, la mayor o menor abundancia de sustancia extracelular y diversas clases de ésta, y finalmente, la “ratio” célula/sustancia extracelular.

   Coincidimos con la descripción ultrastructural de las células conocidas por la mayor parte de los autores como sinoviocitos, pero entendemos que habría que hacer una serie de matizaciones que muy pocos hacen y solo en este año 2000, se empiezan a manifestar. Así, los sinoviocitos conocidos como del tipo B (7, 8, 9); algunos discuten sobre si son fibrocitos (10) otros los consideran como parecidos a fibroblastos (fibroblast-like cels) (11, 12, 13); y que se caracterizan por presentar abundante R.E.R., núcleo grande con bastante eucromatina y nucleolos; para nosotros, así como para otros autores recientes (14, 15, 16), no son mas que fibroblastos. Es mas, creemos que todos esos nombres no hacen mas que dificultar la comprensión de la función que esas células realizan y no sirven mas que para aportar una mayor confusión.

   En cuanto a los sinoviocitos tipo A, para nosotros no son mas que macrófagos los cuales, con inmunohistoquimia y con microscopía electrónica de transmisión, como ya hemos dejado dicho en nuestros resultados, no los hemos podido observar en la íntima sinovial sana, al contrario que la mayoría de los autores consultados por nosotros (9, 17, 18, 19), que reconocen la existencia de células macrofágicas en todo tipo de membrana sinovial, aunque algunos reconocen que estas son menos numerosas. Al resto de las células que podemos encontrar (plasmocitos, neutrófilos, linfocitos) les ocurre como a los macrófagos, solo se manifiestan en la membrana sinovial (íntima o subsinovial), cuando existe una patología crónica.

   En determinados cuadros patológicos se puede alterar la composición, la densidad y el repartimiento de los elementos extracelulares anteriormente indicados, llegando incluso a aparecer amplias zonas con muy baja densidad, debido a la aparición de edemas cuyo líquido se diluye en la matriz amorfa.

   En cuanto a la vascularización, como nosotros hemos puesto de relieve, ya algunos autores han señalado la presencia de capilares fenestrados en la íntima sinovial (19), pero no hemos podido encontrar un solo autor que haya señalado la presencia de los que nosotros reiteradamente venimos nombrando como Barrera Hemato-Sinovial, y que para nosotros representa una estructura muy importante en la producción del líquido sinovial.
   

 

NOTAS AL PIE DE PÁGINA:
 
  
Correspondencia: F. J. Revelles. Departamento de Biología Celular, Facultad de Medicina. Granada, España. mailto:frmarin@ugr.es
   

REFERENCIAS
 
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