IV CONGRESO VIRTUAL HISPANO AMERICANO DE ANATOMÍA PATOLÓGICA IV-CVHAP

CONTENIDO

 

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PARANGANGIOMA DE VEJIGA URINARIA.

Maria Teresa Pérez-Pravia, Ana María Gutiérrez, Manuel Díaz Sotres, Agustín Herrero, Manuel Fresno.

Hospital Central de Asturias. Servicio de Anatomía Patológica I. Universidad de Oviedo, España. 

IV-CVHAP 2001 PÓSTER-E - 055

Fecha recepción: 12/02/2001
Fecha publicación: 10/05/2001
 Evaluación: Ver "Taller de Uropatología"

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RESUMEN
 
   INTRODUCCIÓN: El 6% de los paragangliomas extraadrenales asientan en la vejiga urinaria, representando tan solo el 0,06% de todas las neoplasias vesicales. La mitad de los pacientes presentan hipertensión, hematuria y crisis catecolaminérgicas en relación con la micción. 

   MATERIAL Y MÉTODO: Paciente varón de 75 años intervenido hace 18 años de un hipernefroma en riñón izquierdo e hipertenso, que ingresa por dolor abdominal con sospecha de pancreatitis. Se realiza un TAC abdominal observándose una tumoración en la vejiga urinaria. La cistoscopia reveló una lesión retrotrigonal derecha, sobreelevada, rosada, de aproximadamente 1cm de diámetro con aspecto adenomatoso. 

   RESULTADOS: Se enviaron varios fragmentos irregulares, blandos, rosados, que agrupados median 1x1x0,7cm. Microscópicamente estaban constituidos por una población de células poligonales, con citoplasma abundante, claro o granular, eosinófilo y núcleos isomórficos, redondeados u ovales, con escasas mitosis, separados por sectos vasculares. Inmunohistoquímicamente, el tumor estaba compuesto por una combinación de células neuroendocrinas y subtentaculares que resultaron positivas con la ENS, cromogranina y proteína S100 respectivamente. 

   CONCLUSIÓN: El 50% de los pacientes presentan clínica derivada de la producción de catecolaminas, siendo éstas o sus metabolitos (I-MIBG) detectables en sangre y orina. En nuestro caso la clínica de HTA desapareció tras la resección del tumor. Los paragangliomas de vejiga se asocian en ocasiones con tumores de células renales y aunque habitualmente tienen un comportamiento clínico benigno, existen casos bien documentados de metástasis linfáticas y a distancia, cuyos hallazgos morfológicos predictivos de comportamiento no están bien definidos.

Palabras clave: paraganglioma | vejiga urinaria | inmunohistoquímica | uropatología
   

IMÁGENES
 
Figura 1. Paraganglioma vesical. H&E  X100

Figura 1

Figura 2. Detalle de las células tumorales. H&E X400

Figura 2

Figura 3. Inmunotinción con enolasa neuronal específica. X200

Figura 3

Figura 4. Inmunotinción para cromogranina. X200

Figura 4

Figura 5. Inmunotinción para proteína S100. X400

Figura 5

 

 



   

INTRODUCCIÓN
 
   Los paragangliomas son tumores de infrecuente localización en la vejiga, representando tan solo el 0,06% de todas las neoplasias vesicales (1).

   Estos tumores aparecen a cualquier edad, siendo más frecuente en los adultos jóvenes, con igual incidencia entre hombres y mujeres.

   Sus manifestaciones clínicas y su morbilidad son consecuencia fundamentalmente de la liberación de catecolaminas, siendo la HTA el rasgo más frecuente.

   Aproximadamente el 14% de los paragangliomas de la vejiga urinaria tienen un comportamiento maligno (2), no existiendo buenos criterios patológicos que ayuden a predecir el comportamiento de estos tumores.

   Se han descrito casos asociados a síndromes familiares, así como al carcinoma de células renales (8).
   

MATERIAL Y MÉTODOS
 
   Paciente varón de 75 años, intervenido hace 18 años de un hipernefroma en el riñón izquierdo. Desde hace 1 año presentaba HTA mal controlada. Ingresa por dolor abdominal bajo la sospecha clínica de pancreatitis.

   Durante su ingreso se realiza un TAC abdominal observándose una tumoración en la vejiga urinaria. La cistoscopia reveló una lesión retrotrigonal derecha, sobreelevada, blanda, rosada, con aspecto adenomatoso, la cual se reseco vía transuretral en varios fragmentos que agrupados medían 1x1x0,7 cm.

   Los niveles de catecolaminas en orina de 24 horas fueron de 230 mcg siendo los valores normales inferiores a 130 mcg.
   

RESULTADOS


   Todos los fragmentos remitidos estaban constituidos por una tumoración bien vascularizada, formada por células principales con abundante citoplasma poligonal, claro o granular, eosinófilo y núcleos redondeados u ovales, isomórficos, vesiculosos con nucleolo prominente ocasional, con escasas mitosis, y células sustentaculares alargadas (Figura 1 y Figura 2).

   Inmunohistoquímicamente las células tumorales fueron intensamente positivas para la enolasa neuronal específica (Figura 3) y cromogranina (Figura 4), demostrando igualmente positividad para la proteína S100 (Figura 5) no limitada exclusivamente a las células sustentaculares (2).

   La tinción con Citoqueratinas de amplio espectro y bajo peso molecular fue negativa.

   El Ki67 demostró un bajo índice de proliferación inferior al 1%.
   

DISCUSIÓN
 
   Aproximadamente el 10% de los feocromocitomas son extraadrenales3, localizándose el 6% de ellas en la vejiga urinaria (4).

   En 1953, Zimmerman et al (5), publicaron el primer caso de un paraganglioma localizado en la vejiga urinaria. Desde entonces sólo se han descrito una centena de casos.

    La mayoría de estos tumores están localizados en el trígono vesical, cerca de los orificios ureterales, pudiendo ser multifocales en el 10% de los casos, tanto intravesicales como asociados a paragangliomas extravesicales.

   Clínicamente los pacientes, a menudo presentan síntomas relacionados con el exceso de catecolaminas, sufriendo la mitad de ellos HTA, hematuria macroscópica y crisis catecolaminérgicas en relación con la micción.

   El diagnóstico puede establecerse midiendo los niveles de catecolaminas en orina. El I-MIBG confirma la localización de esta lesión dentro de la vejiga urinaria.

   La mayoría de los paragangliomas de la vejiga urinaria tienen un comportamiento benigno, pero se han descrito casos de recurrencias y, metástasis. Davaris et al (6) estudiando 86 casos bien documentados de la literatura, hallaron metástasis ganglionares en 12 casos (13,8%) y metástasis a distancia en sólo 2 casos (2,3). Los criterios patológicas predictivos de comportamiento de estas neoplasias no están bien definidos. La presencia de células bizarras o inmaduras, el pleomorfismo, la necrosis, la invasión vascular y las mitosis se han asociado a un curso clínico más agresivo en los paraganliomas extraadrenales en general3, no estando bien definidos estos hallazgos en los paragangliomas vesicales. El estudio histológico de las casos que evolucionaron agresivamente, reveló mayor atipia y un contaje de 5 mitosis / 10 CGA (7).

   De igual modo, la presencia de células sustentaculares se relacionó con un buen pronóstico clásicamente, observándose posteriormente cómo casos con mala evolución presentaban numerosas células sustentaculares 

   En ocasiones es difícil diferenciar entre metástasis y paragangliomas benignos multifocales. La verdadera indicación de malignidad viene dada al encontrar esta lesión en tejidos comúnmente no asociados a los paragangliomas extraadrenales del sistema neuroendocrino simpáticoadrenal.

   Se han descrito paragangliomas localizados en la vejiga urinaria asociadas a la neurofibromatosis de von Recklinghausen, la enfermedad poliquística renal, la hemangioblastosis cerebelo – retiniana de von Hippel – Lindau y otras condiciones todas ellas relacionadas con trastornos genéticos. También se han descrito casos asociados al carcinoma de células renales3, tal y como el caso presentado por nosotros.

   El tratamiento de estos tumores consiste en la resección de las mismos, generalmente vía transuretral, con la consecuente remisión de las manifestaciones clínicas.
   

 

NOTAS AL PIE DE PÁGINA:
 
  
Correspondencia: María Teresa Pérez-Pravia. Hospital Central de Asturias. Servicio de Anatomía Patológica I. Universidad de Oviedo, España. mailto:ffresno@hca.es
   

REFERENCIAS
 
1. Leestma JE, Price EB, Jr: Paraganglioma of the urinary bladder. Cancer 28: 1063 – 1073, 1971.

2. Kliewer Ke, Cochran AJ: A review of the histology, ultraestructure, inmunohistology and molecular biology of extraadrenal paragangliomas. Arch Pathol Lab Med 113: 1209 – 1218, 1989

3. Deklerk DP, Catalona WJ, Nime FA, Freeman C. Malignant pheocromocytoma of the bladder: the late development of renal cell carcinoma. J Urol 113: 864 – 8, 1975.

4. Melicow MM: One hundred cases of pheocromocytoma (107 tumors) at the Columbia – Presbyterian Medical Center, 1926 – 1976. Cancer 40: 1987 – 2004, 1977.

5. Zimmerman IJ, Biron RE, Mac Mahon HE: Pheocromocytoma of the urinary bladder. N Engl J Med 249: 25 – 26, 1953.

6. Davaris P. Petraki K, Arvanitis D, et al: Urinary bladder paraganglioma (U.B.P.). Pathol Res Pract 181 : 101 – 105, 1986.

7.  Grignon DJ, Mackay B, Ordóñez NG, Molina TJ, Shum DT, Ayala AG: Paraganglioma of the urinary bladder: Inmunohistochemical, Ultrastructural, and DNA Flow Cytometric Studies. Hum Pathol 22: 1162 – 1169, 1991