IV CONGRESO VIRTUAL HISPANO AMERICANO DE ANATOMÍA PATOLÓGICA |
CONTENIDO |
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Abstracts |
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Comentarios | |
Título | |
Resumen | |
Introducción | |
Caso 1 | |
Caso 2 | |
Discusión | |
Referencias | |
Imágenes Caso 1 | |
Imágenes Caso 2 |
INTRODUCCIÓN | ||
Sin embargo, la posibilidad de neoplasias ováricas y
apendiculares sincrónicas no se limita a los tumores mucinosos. Con menor
frecuencia surgen problemas similares a los descritos ante tumores apendiculares
de tipo carcinoide. De hecho los carcinoides apendiculares son los tumores
apendiculares más habituales. Los dos casos descritos a continuación reflejan
el problema descrito, es decir tumores carcinoides apendiculares con presentación
sincrónica a neoplasias ováricas de morfología similar. El carcinoide
apendicular de tipo insular, el más común de todos ellos, raramente
metastatiza. Sin embargo, la variante de carcinoide de células caliciformes o
adenocarcinoide, tiene mayor agresividad y existen algunas descripciones de metástasis
ováricas con patrón de tumor de Krukenberg. Ello se describe en el primer
caso. Por otro lado aunque extraordinariamente infrecuente, se admite la
posibilidad de tumores de krukemberg primarios de ovario, o en realidad,
carcinomas ováricos primarios de células en anillo de sello (2). Esta
posibilidad es difícil de demostrar ya que el tumor primario puede pasar
inadvertido durante años, y puede originarse en lugares tan dispares como estómago,
páncreas, colon apéndice, mama, etc. En el segundo caso se plantea la situación
inversa. Ante dos tumores ovárico y apendicular de morfología similar, surge
la idea de una posible metástasis, cuando en realidad el tumor ovárico
corresponde a elementos sertoliformes, simulando cordones y túbulos de
carcinoide. |
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CASO 1 | ||
Mujer de 42 años, a la que se practica histerectomía subtotal (sin cérvix uterino) con doble anexectomía, recibiéndose los anejos separados y fragmentados debido a las múltiples adherencias que dificultaban la resección (imagen 1). Se extirpan simultáneamente apéndice (imagen 2) y epiplon que aparecen macroscópicamente normales, aunque el apéndice presenta consistencia muy aumentada. El estudio histológico muestra en ambos ovarios un estroma fibroso escleroso entre en el que se identifican pequeños cordones de células epiteliales (imagen 3), así como algunas células mucosecretoras con morfología en anillo de sello (imagen 4 y 5). El endometrio tiene características proliferativas, sin rasgos anómalos. En la serosa uterina se aprecia también presencia de células en anillo de sello (imagen 6). El apéndice revela en el tercio medio obliteración de la luz (imagen 7) con presencia de cordones epiteliales entremezclados con células mucosecretoras en anillo de sello (imagen 8). Los cordones neoplásicos se extienden por la serosa apendicular apreciándose incluso invasión neural (imagen 9). Las secciones del epiplon revelan también microimplantes neoplásicos similares a los descritos (imagen 10). |
IMÁGENES CASO 1 | ||
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CASO 2 | ||
El apéndice presentaba un tumor carcinoide de patrón
insular que crecía en pequeños cordones distribuidos entre los estratos
musculares (imagen 17) y la mucosa
(imagen 18). El resto del útero no
presentaba alteraciones. Pese a su similitud morfológica, el estudio
inmunohistoquímico de la tumoración ovárica y apendicular fue
completamente diferente. En apéndice se observo expresión de queratina (imagen 19), cromogranina, y enolasa
(imagen 20). Todas ellas
fueron negativas en ovario, donde únicamente se encontró expresión
focal de actina y alfa-inhibina. |
IMÁGENES CASO 2 | ||
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DISCUSIÓN | ||
Los tumores apendiculares suelen tener pequeño tamaño, y pueden no alterar su morfología, resultando así inapreciables a la inspección quirúrgica (15). Aunque los carcinoides apendiculares de tipo convencional, raramente metastatizan, la variante denominada adenocarcinoide, al igual que otros carcinomas con células en anillo de sello, tiene un comportamiento agresivo. Ante una neoplasia ovárica o pélvica con diseminación, la posibilidad de un primario apendicular debe tenerse en consideración. La bilateralidad en los carcinoides ováricos primarios es muy infrecuente, mientras que en los metastásicos se produce casi en todos los casos (3). Los tumores de Krukemberg, tiene como origen primario el estómago hasta en un 70% de los casos. Sin embargo, pueden derivarse de neoplasias muy diversas (4): mama, vesícula, páncreas vejiga, cérvix y apéndice, todos ellos con baja frecuencia (2). Los Krukemberg de origen apendicular descritos en la literatura son casos aislados y pueden ser tanto derivados de auténticos carcinomas mucinosos (5; 6; 7; 8; 9) de carcinomas células en anillo de sello (10) o bien de carcinoides de con células en anillo de sello (adenocarcinoides) (11; 12; 13; 14; 15) Nuestro primer caso recoge los rasgos mas característicos de este tumor con gran agresividad y metástasis diseminadas en pelvis y serosa uterina, junto a las de ovario. Por otro lado, el componente metastásico incluye tanto elementos cordonales y tubulares del carcinoide como su componente de células mucinosas en anillo de sello, lo que concuerda con otras descripciones (12) en contraste con la ideas previas de que sólo el componente mucosecretor del adenocarcinoide apendicular era responsable de las metástasis. En nuestro segundo caso la situación planteada es la inversa a la descrita. La neoplasia ovárica presenta elementos de morfología sugerentes de una posible metástasis, de un carcinoide apendicular sincrónico. Bien es verdad que la unilateralidad de la lesión ovárica (aunque con afectación de ovario derecho) y el tipo insular de carcinoide apendicular, son elementos que no apoyan la idea de una lesión metastásica. En este caso el estudio inmunohistoquímico es suficiente para determinar la diferente naturaleza de los tumores ovárico y carcinoide y poder catalogarlos como primarios independientes. Los tumores de Krukemberg también pueden presentarse con patrones tubulares dificultando su reconocimiento (16). Los túbulos sertoliformes que en nuestro caso planteaban la situación, se describen ocasionalmente en tumores estromales ováricos, junto con otros componentes de cordones sexuales (17), y aunque la morfología puede resultar muy similar a túbulos de carcinoide, el patrón inmunohistoquímico es completamente diferente. |
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NOTAS AL PIE DE PÁGINA | |
Correspondencia: Luis Alfaro. Departamento de Patología. Hospital de la Marina Baja. Villajoyosa. Alicante; España. mailto:lalfaro@ctv.es |